viernes, 13 de mayo de 2022

¿Qué somos cuando pensamos?

Haga el ejercicio en este momento, si le apetece, piense en algún concepto del que necesite zanjar alguna cuestión. Si leer estas líneas genera que usted “escuche” voces debatir la idea, rumiar las palabras, buscar los conceptos; activa todo un Reino mental lleno de habitantes, estructuras y potencias; ¡lo ha descubierto! O tal vez sólo tenga un chispazo fugaz, una suerte de noción de “algo pasó por aquí”, un eco, una silueta en la neblina, alguna onda de movimiento en la superficie del agua… Existió “algo” que se encendió en el momento en que pensé. 


Muy bien, estamos en contacto con nuestro Reino Psicológico, o como lo denominaba Samael Aun Weor (gnóstico moderno), “el país psicológico”; como me gusta pensarlo a mí: “el Infierno” (no se quede con la noción estrictamente “malvada y de castigo” de esta idea, hay mucho más que eso). En este “lugar” se suceden todos los mecanismos, pactos, actividades, negociaciones, seducciones, crímenes, ilusiones, pasiones, etc.; que rigen nuestras existencias en este plano. Aquí nacen las óperas, las películas y canciones, el arte y la filosofía; el saber humano. Se crean jerarquías y principados, reinos y sub reinos, se divide políticamente a las poblaciones; todo este universo psicológico se expande y se contrae bajo nuestra voluntad. El Big Bang y el Big Crunch se alternan, como sístole y diástole de aquella realidad. Esto es menos evidente a veces, ya que podemos recorrer las calles de este Reino, de esta ciudad maldita y bendecida al mismo tiempo. Y perdernos, asustarnos, incluso sentir dolor (mucho de esto lo reflejamos por las cosas que vemos y sentimos en este mundo, pero realmente nada puede dañarnos). A veces se puede sentir como si la conciencia estuviera en una licuadora, siendo desgarrada y tironeada en todas direcciones. Como una jauría de chacales depredando un venado o un “cordero”. Estamos viviendo “la Pasión”, el calvario, el “vía crucis” y la crucifixión. Todo. Cambian los personajes, el orden de los factores, la longitud de los actos, la cantidad de extras, los efectos; la forma en que impactan estos momentos; pero siguen siendo una cantidad limitada de recursos. Existe en este Reino el concepto de “escasez” y una economía propia. Podemos ver un “código”, los bloquecitos del LEGO que forman toda esta estructura que tenemos delante de nuestra percepción. Hay una cantidad finita de conceptos y fundamentos que la psique puede usar. Descubrir y aislar estos “bloques fundamentales”, estos arquetipos, es una tarea titánica y digna de un héroe. Esta es la conciencia que ya ha perdido la inocencia y se adentra en el bosque oscuro, en la panza de la bestia. Empieza el viaje.

En la panza de la bestia, al igual que Pinocho o Job

Muy bien, para algunos todo lo que escribí anteriormente puede ser “la noción de que acá pasó algo” o “una silueta en la neblina”. Una brisa leve, una suerte de fragancia difusa casi irreal. Si afinamos los sentidos, y nos alejamos más, vamos a reconocer algo. Hemos pensado, las voces hablaron y “llegamos” a una conclusión. Enunciamos la conclusión, he aquí la “idea”, la espada forjada en la fragua infernal, la joya maldita que sólo puede destruirse en el punto más denso y maligno del Reino Psicológico, el Mordor de Tolkien. Cada vez que pensamos, la psique utiliza recursos finitos para elaborar ideas. He aquí el truco de magia, el circo con sus payasos, leones y acróbatas, la feria itinerante en todo su esplendor; el show. Todo eso “que pensamos” está allí delante nuestro, frente a nuestra conciencia. Podemos usar nuestros sentidos, para ver, oír, tocar, saborear y oler esta realidad mental. Cuando pensamos, estamos “creando” en este Reino. La imaginación y el cálculo existen por accionar de nuestra Voluntad en este Reino; lo racional y lo irracional coexisten en este universo. Aquí creamos nuestras grandes obras maestras, las esculturas psíquicas que regirán nuestras vidas temporales, en este lugar “nos identificamos” y “somos”. Somos profesionales, artistas, educadores, honrados, criminales, fieles, mentirosos; etc. Las máscaras se alternan, esculpimos a gusto cuantas máscaras querramos. Tenemos crédito infinito, podemos tomar toda la deuda que queramos, luego se nos explicarían las formas de pago y las tasas de interés; por ahora sólo debemos “vivir” y “aceptar todos los favores, ideas y nociones”; firmar el pacto Mefistofélico, el cheque en blanco del alma… Y así vamos, bailando al compás de este país maldito lleno de bendiciones y artilugios. Es irresistible. El Vampiro ya entró en nuestra morada. Con un poco de energía bastará, no nos pasará nada. Unas gotas de sangre y el vampiro se va a ir ¿verdad?

Nosferatu de Murnau (1922)

No “somos” lo que pensamos. Esta es una primera conclusión totalmente cuestionable y desmenuzable en la picadora psíquica, por favor no erija una estatua a este concepto; sólo déjelo penetrar en los ladrillos de su hogar cual humedad corrosiva. Una enredadera espinosa, venenosa incluso. Una serpiente silenciosa que le susurra al oído. No “somos” lo que pensamos. Estamos “viendo” un recuerdo, estamos “diciendo” tal concepto, “indagando” esta idea. Hay alguien o algo que está escuchando todo esto. Alguien o algo que nunca habla. Que no dice. Un vacío lovecraftiano visto desde la perspectiva de la psique. Desde el Reino Psicológico se puede ver como un agujero negro colosal, o la mas pura nada. Una llanura aterradora y hostil, un nirvana de paz disolvente y aburrido. El sol negro.

                                                    Sol Negro Nórdico (símbolo esotérico)

Pero desde la conciencia, desde el Ser, desde el “que escucha pero no habla”; esto es el Paraíso. El cielo, el jardín del Edén. El País Psicológico tiene expertos estudiando veinticuatro horas, los trescientos sesenta y cinco días del año, sin parar, escrudiñando los misterios de este “otro reino”. La luz mental no entra, nada sale de allí. Es el centro de todo, nada sale de él, todo entra en él. Todo se pliega como un origami japonés, tomando formas de simples a complejas, llegando a las tecnologías 8K, la blockchain y tecnologías de punta; todo por influencia de la Voluntad que “emana desde el centro”. No hay conclusiones determinantes por parte de los científicos del Reino de la Razón, la Voluntad se comporta como onda y partícula, es y no es. Una entelequia, algo que manipula su realidad y que tiene relación con la conciencia, pero no saben cuál es esta relación “¡La Voluntad no existe, pero vemos sus consecuencias!” exclaman.

El paraíso es el Ser

Somos ese “centro”. El paraíso es el Ser, y no sólo podemos saberlo, lo sentimos. Cuando vemos desde nuestra conciencia, sabemos que no somos lo que pensamos. Porque “estamos pensando, por lo tanto algo o alguien piensa”. Vivimos el presente, estamos aquí y ahora, nada importa (no en el sentido “mental” nihilista, no estamos pensando lo que pensamos), somos sin más. Lo que se siente cuando uno está situado en su centro es una profunda Paz. He aquí una nueva conclusión, falseable y triturable, pero este científico parece poder observar “las sombras” que detecta su telescopio, los vacíos entre las estrellas. Este ciudadano del País Psicológico es el único que puede traer “información” del más allá. El Prometeo psíquico, el Lucifer de esta Creación, el Mimir de nuestro pozo de la sabiduría; la deidad anfibia que cohabita dos ecosistemas, el ángel caído que puede ascender a los cielos; incluso el Caronte que nos lleva en su barca, el Virgilio de nuestro Dante… 

                                    Caronte en su barca                         Lucifer cayendo a la Tierra

                                                           Prometeo con el fuego de los dioses

Admiro a este aspecto de mi psique, por sí no lo había notado. Es regente de todo el universo mental. Puede ser cruel y muy exigente, así como la cosa más atractiva y deseable, apasionada y amorosa. Cada quien tiene su “Lucifer”, algunos lo escuchan más, otros menos. Algunas personas lo adoran, poniéndolo por encima de la conciencia (imagine una estatua intentando tapar el sol). Y muchos, casi todos, “son” su “Lucifer”. Se identifican con el demonio divino, el más “todo” de todos los todos. Pero no, he aquí la cuestión. La conciencia sigue moldeando y observando con la Voluntad. Con o sin Rebelión de la psique. Es por esto que la redención de este Prometeo es lograr entregarse a este vórtice oscuro, a este sol abrasador. “Ser en él” por un momento, aunque sea. Somos ese “centro” y no podemos confirmarlo desde la mente. Debemos experimentarlo. Vivir el ahora, silenciar la mente desde dentro, amar a Lucifer como siempre y que él pueda amar a Dios nuevamente (la conciencia es Dios para este ejemplo). Es, en esa lágrima divina del rostro prometeico, que somos genuinamente. Y lo último que va a sentir es alivio, y una profunda y arrullante Paz. No otra cosa, no otras emociones o nociones. Paz. Para muchos, cuanto más tiempo reine esta Paz, más florece el Amor. Y allí podemos permanecer un instante y tarde o temprano toda la eternidad. Se han calmado las aguas, y podemos descansar. Nuestro corazón está en paz, ya podemos entrar a guerrear de nuevo (continuar viviendo con la ayuda de nuestra psique)


No somos lo que pensamos. Somos el que escucha las voces y nunca habla. Somos nuestro centro del que todo emana y nada a la vez. Estamos aquí y ahora, sentimos Paz. El Amor es lo único que existe en ese instante. Todo nuestro esfuerzo cultural, artístico y científico se avoca a descubrir la Conciencia. La Piedra filosofal o la espada del Rey Arturo, son herramientas de la psique que han sido imbuidas de sagrada conciencia. Buscamos ser, y solo algunos descubrimos este misterio y lo traemos a la tierra. Podemos describirlo, examinarlo, pesarlo, cuantificarlo de múltiples formas; pero no todos podrán seguir estos conceptos y nociones; sólo aquellos que hayan iniciado el viaje. Los héroes ya están sintiendo el llamado, he aquí un elemento mágico que le permitirá atravesar todo el Reino Psicológico, no se pierda en sus callejones, no se tiente con sus zonas rojas y seducciones, no mire atrás con añoranza… Sea ahora. O no, ya que finalmente tal vez descubra, que no tiene que realmente hacer nada al respecto. Todo lo contrario.

sábado, 13 de junio de 2020

Sobre los NPC (Non Playable Character) y sus implicancias en los sucesos recientes

¿Qué es un NPC ("Non Playable Character"/Personaje no jugable)? Estas siglas hacen referencia a todos los personajes de un videojuego que no pueden ser controlados por el jugador. Por lo general se trata de entes con rutinas muy limitadas, diálogos y acciones sumamente reducidas y con un propósito específico. 

Es un NPC, por ejemplo, el mercader de cualquier juego cuyo sólo propósito es permitir al jugador comprar o vender artículos, sin importar motivación o necesidad alguna del NPC (en muchos juegos se limitan estas transacciones dándole al NPC un número limitado de dinero, haciendo imposible la compra infinita de los items del jugador). Es posible venderle un montón de basura innecesaria a un humilde posadero NPC, dejándolo sin capital. Ejemplos: entablar ciertas líneas de diálogo con un transeúnte NPC en las calles de una ciudad futurista, observar (y en muchos casos agredir/ matar) a un peatón que cruza una calle sin mirar (o mirando)

El objeto de los NPC en la realidad del juego radica en aglutinarla, mantenerla cohesiva y "verosímil" para el jugador. Su existencia fue programada y les es imposible acceder a cualquier atisbo de libre albedrío. Simulan una libertad programada que el jugador consciente puede "romper" a través de simples ejercicios. Con tan solo interpelar a algún NPC con diálogo limitado, son estas mismas limitaciones las que alertan al jugador sobre la inteligencia artificial rudimentaria, un mero código, una secuencia de datos que determinan una cantidad extremadamente limitada de resultados. Son, en sí, vectores de los creadores del juego. 
Todo NPC sirve a la estructura del programa, a la realidad en la que el jugador voluntariamente se sumerge con fines recreativos o de su propia índole. El NPC carece de toda capacidad intelectual o de discernimiento. Es en sí un "código", un "programa" de los dioses de aquel universo, cuya sólo existencia sirve a los propósitos de éstos.

En los momentos que vivimos, los "memes" se han vuelto una nueva forma de comunicar y expresarse. Pictogramas modernos, re significaciones de ciertas imágenes y conceptos inundan la red. Uno de estos "memes" más populares y acuñados en la actualidad es el de NPC. Identificado (tras infinitas idas y vueltas visuales), por un monigote gris prácticamente inexpresivo. Estos seres encarnados sin libre albedrío podrían entenderse como "robots" en cuanto a "programables", zombies o autómatas de cualquier índole; con la salvedad des poder apreciarse cierta "entidad" que perdura más allá de la realidad programada o de los límites físicos que encuentren. Para desarrollar este concepto me serviré de un ejemplo: un robot, tras terminar su "misión" (según la ciencia ficción en general) puede permanecer inactivo para siempre, ser re programado por otro ser e incluso emanciparse de sus programadores (el concepto de "robot" alude estrictamente a la apariencia física, este ejemplo podría darse con androides u autómatas de toda índole). En el caso de un zombie, su "programación" se permuta por un "impulso" o necesidad biológica, ya sea comer cerebros o simplemente matar. Si se tratase de zombies originados o insuflados de magia negra nos estamos acercando al concepto de NPC, con la salvedad de que estos entes pueden recuperar la consciencia, combatir a sus "embrujadores" e incluso recuperar sus facultades tras cumplir su misión 

¿Es, por lo tanto, un NPC algo equivalente a cualquiera de estos ejemplos? No exactamente. Un NPC existe en la medida de una realidad específica. No es más allá de los límites establecidos por la realidad que lo contiene. Su programación hace a su aspecto, sus acciones, toda su razón de ser. Es en sí un código ambulante y predecible. Es por esto que considero al meme de NPC como un salto cuantitativo respecto a la naturaleza del ente descrito. El NPC está en la base de la pirámide del discernimiento. Su equivalente mitológico podría ser el golem, ser cuya existencia está atada a su misión, una vez realizada o cortado el influjo mágico de su invocador, el golem se destruye, volviendo al reino de lo inanimado. He aquí el quid de la cuestión: tanto el golem como el NPC existen sólo por y para la conciencia que los necesita. No hay en ellos rasgos de individualidad o libertad, más que los que sus amos deseen que tengan. Su propósito puede ser más o menos complejo, pero su naturaleza en extremo limitada les impide siquiera vislumbrar posibilidades. Son lo que son y dejarán de serlo cuando así se les ordene. 

Ejemplo de NPC "Antifa"
                                                               Ejemplo de NPC "Antifa" 
                               (aplicable a cualquier otro movimiento político o de masas)

¿Qué sucede cuando la realidad es modificada abruptamente por una consciencia? Tanto el jugador del videojuego como el ser consciente, tienen la facultad de "co crear" la realidad que habitan. En su camino se cruzaran con centenares de NPCs, algunos amistosos, otros hostiles, algunos incluso neutrales. La realidad al igual que el juego, ofrecen una plétora de posibilidades al jugador/ser consciente (estas dependen en el primer caso de los creadores del juego y de la destreza del jugador, en el segundo, de la expansión de la consciencia del individuo y, dependiendo de la creencia que se nutra, de la o las deidades que articulan su destino). Respondiendo la pregunta, el NPC puede entrar en un estado alterado de consciencia. En los videojuegos se habla de glitches, bugs, artefactos y/o anomalías. El golem ve su programación impedida por el accionar del jugador, o por arte del caos que se ha filtrado en el universo que los contiene. A modo de ejemplo: un NPC que debe llenar un vaso con agua recurriendo a un pozo a cierta cantidad de pasos de distancia no puede completar su tarea, ya que el jugador rompió el vaso, secó el pozo, o colocó barreras físicas en el camino. Es en esos precisos momentos en los que el jugador puede observar, no sin cierta sorpresa, la aparición de anomalías visuales. Ya sea que el NPC atraviese las barreras físicas colocadas o mantenga una caminata en el aire, sin resultados; que vierta el agua en un vaso inexistente o repita infinitamente la acción de sacar agua del pozo al encontrarlo seco. No está en sus posibilidades divergir de su tarea ni buscar atajos u alternativas, una vez agotada su programación. Ha quedado en evidencia. Aquí la consciencia ha identificado a la criatura. La risa es la primera reacción, como sucede con prácticamente todo evento sorpresivo, luego llega la indiferencia e incluso el rechazo ante tal falta de albedrío. Es, inherente a la consciencia, verse reflejada en su objeto de estudio. Es por esto que tal vacuidad neuronal, tal carencia de sentido, deviene finalmente en un profundo terror/rechazo.


Los NPC también pueden entrar en conflicto simplemente por estar "mal programados", si su código presenta algún error lógico, su incapacidad de discernimiento volverá a dejarlo en evidencia. Aparecen las anomalías, los outrages (ultrajes) y todo tipo de contradicciones. El golem se ha roto, el NPC se buggeo. Situación estrictamente ligada a sus "programadores" o "amos". Un NPC roto ha quedado expuesto, y sólo puede recurrir a falacias o a su sentido de pertenencia al grupo para sobrevivir. Es por esto que el meme en cuestión describe a la perfección a los integrantes de gran parte de los movimientos de masas actuales. Entes parcialmente individuales, sin proceso de individuación (Carl Gustav Jung). Seres humanos que han caído en el grado más bajo de la pirámide de discernimiento. 
El estar "haciendo lo correcto" (lo políticamente correcto) es su obsesión, ya que el error, simboliza su aniquilación. Son su programa. Situación existencial patética cuando observamos que tal programa viene de maquinaciones externas. El NPC no tiene injerencia en el programa que le da razón de ser, y en teoría, no es capaz de percibir tal programa en lo más mínimo. 

Es bajo la influencia del optimismo más inocente que nos podemos permitir, pensar que todo NPC podría observarse como ente programado, y tras un luminoso momento de individuación, liberarse de todo programa externo. Bajo el influjo de una poderosa honestidad intelectual, el nuevo individuo se permitirá Ser sin "ser parte de". Sacrificará la comodidad de aquella seguridad grupal por los gélidos vientos de la soledad individual. Es menester de quién escribe afirmar que tales vientos no matan a quienes se atreven a enfrentarlos (pero que siempre han de incrementar su furia, cuanto más los desafiamos). El nuevo individuo, ahora jugador consciente, podrá retornar a la manada con el conocimiento adquirido. Ajustar sus acciones para desarrollar lo que en un principio consideraba justo, evaluando íntegramente su lógica y permitiéndose sentir dolor. Es ahí, cuando derrotado el miedo, es imposible volver a ser NPC/golem de los poderes de turno. Solo permitiéndonos el dolor (error) podemos romper la programación, y con la Voluntad por antorcha allanar el camino entre las ficcionales tinieblas a las que se nos somete.


miércoles, 10 de junio de 2020

El ojo de Odin

¿Cómo se puede ver todo y nada al mismo tiempo? Sumergido aun en las aguas de la sabiduría del pozo de Mimir (de las que una raíz de Yggdrasil bebe), se encuentra el ojo izquierdo de Odín. Imbuido en aquel elixir de saber, pero cercenado de los medios para alcanzar sinapsis alguna. Ningún nervio óptico, vaso sanguíneo o neurona se ha aventurado fuera de las aguas del pozo. La Voluntad de Wotan devenida en un globo ocular suspendido en las aguas primordiales. Así todo, por una profunda y sencilla relación entre "dar-recibir", a Odín se le concede un poco de sabiduría a cambio de su Voluntad. El ojo sacrificado es y no es útil. Ve y no ve. Cómo cualquier internauta actual inundado de ads, ruido, caos, (des)información y verdades de toda índole. Flotamos en un océano de datos, dónde una u otra red (web) nos arrastraran a ciertas conclusiones. El líquido informático guía nuestro globo ocular, demandando Voluntad. Saturados, vemos pero no vemos. Nos dejamos llevar por las corrientes submarinas de las napas del Mundo, que al no encontrarse con ninguna resistencia, manipulan el ojo de un punto a otro. Hoy no vemos pero tal vez mañana, sacrificio mediante, algo se nos revele.


Ya hemos recibido conocimiento antes, pero no logramos asirlo. Está, pero no está. Como ese ojo debemos entregarnos a la Voluntad para conseguir un poco de Sabiduría. 

Desde este espacio velamos por las aguas de este manantial primordial, afluente del gran océano de Maya (la Matrix), de las subterráneas aguas sumerias, del gran océano primordial del Génesis Abrahamico, del caldo de cultivo de toda la vida en el planeta. En su custodia, como el una vez completo Mimir supo hacer, se demandará siempre un poco de Voluntad para poder llenar el cuerno que cada viajero traiga consigo. La cantidad de agua que cada cual beba dependerá de su sacrificio y del cuerno personal de cada quién. 

La cabeza de Mimir acompaña al héroe. Cuelga del cinto del "Padre de todos" (Allfather), quién hasta hoy busca consejo en la eternamente activa mente de su tío materno. 

Conociendo que la Verdad siempre depende de una pregunta ¿Qué querrá hoy, maravilloso héroe u heroína, aprender de la cabeza? ¿Sacrificará el equivalente del ojo de Odín por un poco de conocimiento? 

Tal vez sólo logremos aventurar un pequeño vistazo de aquel ojo sumergido. Que con suma nitidez enfoca, de vez en cuando, algo interesante en la líquida atmósfera que lo rodea.

¿Qué somos cuando pensamos?

Haga el ejercicio en este momento, si le apetece, piense en algún concepto del que necesite zanjar alguna cuestión. Si leer estas líneas gen...