Ya hemos recibido conocimiento antes, pero no logramos asirlo. Está, pero no está. Como ese ojo debemos entregarnos a la Voluntad para conseguir un poco de Sabiduría.
Desde este espacio velamos por las aguas de este manantial primordial, afluente del gran océano de Maya (la Matrix), de las subterráneas aguas sumerias, del gran océano primordial del Génesis Abrahamico, del caldo de cultivo de toda la vida en el planeta. En su custodia, como el una vez completo Mimir supo hacer, se demandará siempre un poco de Voluntad para poder llenar el cuerno que cada viajero traiga consigo. La cantidad de agua que cada cual beba dependerá de su sacrificio y del cuerno personal de cada quién.
La cabeza de Mimir acompaña al héroe. Cuelga del cinto del "Padre de todos" (Allfather), quién hasta hoy busca consejo en la eternamente activa mente de su tío materno.
Conociendo que la Verdad siempre depende de una pregunta ¿Qué querrá hoy, maravilloso héroe u heroína, aprender de la cabeza? ¿Sacrificará el equivalente del ojo de Odín por un poco de conocimiento?
Tal vez sólo logremos aventurar un pequeño vistazo de aquel ojo sumergido. Que con suma nitidez enfoca, de vez en cuando, algo interesante en la líquida atmósfera que lo rodea.
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